Estrenamos sección con Montse, compañera de viaje en esta avenida y futura profesional de los medios de comunicación. En esta ocasión, Montse nos ofrece un recuerdo de un viaje a Madrid, donde disfrutó, entre mcuhas cosas, de un bonito atardecer. ¿Típico? Nunca. Hay tantos atardeceres como personas puedan sentirlos. Así lo disfrutó ella:
"Madrid. Agosto. Casa de Campo. 8:45 p.m. (aprox.)
Miles de hectáreas de bosque verde y de naturaleza, pero sólo unos centímetros de fotografía son suficientes para plasmar la belleza que me rodea. Lo más típico de la zona es ver en unos arbustos como un hombre negocia con una mujer de falda tan corta como su moral, mientras numerosas familias de inmigrantes sudamericanos pasean alrededor del gran lago, sin hacer demasiado caso al esplendor de uno de tantos atardeceres de agosto. He obviado esos detalles, así como los chiringuitos, los picnics improvisados y las basuras fuera de sus devidos recipientes. Yo tuve la suerte de presenciar un ocaso de los más bellos y aquí os lo dejo, para que os deleitéis y os lo pongáis de fondo de pantalla, como yo hice en su momento."
